Agricultura regenerativa, ¿futuro o presente?
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En un mundo donde la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente son temas cruciales, la agricultura regenerativa emerge como una práctica que redefine la forma en que cultivamos nuestros alimentos. Defeder, como empresa pionera en fertilizantes ecológicos, se encuentra a la vanguardia de esta transformación. Hoy, vamos a contarte más sobre agricultura regenerativa, su impacto actual y su potencial para ser el futuro de la agricultura sostenible.
¿Qué es la agricultura regenerativa?
La agricultura regenerativa es una filosofía de cultivo que va más allá de la sostenibilidad. Su objetivo es restaurar, revitalizar y mejorar los ecosistemas agrícolas. A través de prácticas que promueven la salud del suelo, la biodiversidad y la retención de carbono, esta forma de agricultura busca dejar el suelo más fértil y resiliente que cuando comenzó.
Donde la innovación ecológica cobra vida: La Sembradora de Ideas
En este contexto, Defeder participará el próximo 18 de noviembre en la jornada sobre fertilización inteligente organizada por la Sembradora de Ideas.
¿Y qué es La Sembradora de Ideas? Es un foro del sector primario que va más allá de lo convencional. Es un espacio donde la innovación agrícola cobra vida. Y el sitio donde agricultores, tecnólogos agrícolas y entusiastas del sector primario se reúnen para impulsar el crecimiento sostenible de la agricultura.
En este lugar, se crea un espacio donde las ideas y la información fluyen libremente, fomentando la colaboración entre diversos actores del sector, desde agricultores con décadas de experiencia hasta emprendedores que buscan revolucionar la agricultura. En esta ocasión, Defeder estará presente en el próximo foro, hablando sobre el desarrollo de fertilizantes ecológicos que respaldan la agricultura regenerativa, ya que nuestros productos, basados en ingredientes naturales y procesos respetuosos con el medio ambiente, contribuyen a la salud del suelo y a la producción de alimentos más sostenibles.
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Raúl Saila, fundador y gerente de Defeder, afirma sobre su asistencia al evento: «Nuestra misión es proporcionar a los agricultores soluciones que no solo sean efectivas en términos de rendimiento, sino que también ayuden a mejorar la salud de la tierra. Creemos que la agricultura regenerativa es el camino a seguir para el futuro de la agricultura».
El impacto actual y perspectivas futuras
Aunque la agricultura regenerativa está en auge, ya ha demostrado su capacidad para beneficiar tanto a agricultores como al medio ambiente a largo plazo.
Algunos de los beneficios clave incluyen:
1.- Suelos más saludables: La agricultura regenerativa mejora la estructura del suelo, lo que aumenta su capacidad para retener agua y nutrientes.
2.- Mayor resiliencia: Los sistemas regenerativos son menos vulnerables a las sequías y las inundaciones, lo que brinda a los agricultores una mayor estabilidad.
3.- Captura de carbono: Al retener carbono en el suelo, se reduce la huella de carbono de la agricultura, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
4.- Biodiversidad: Fomenta la biodiversidad en los campos, lo que a su vez aumenta la resistencia a plagas y enfermedades.
Hablar de la agricultura regenerativa es más un presente que un futuro. A medida que más agricultores adopten estas prácticas y utilicen productos ecológicos, se espera que esta forma de cultivo tenga un impacto aún mayor en la producción de alimentos a nivel mundial. Y es que, este tipo de a agricultura es más que una simple tendencia; es una respuesta necesaria a los desafíos actuales y futuros de la agricultura.
A medida que continuemos buscando formas de alimentar a la población global sin agotar nuestros recursos naturales, la agricultura regenerativa seguirá emergiendo como una opción crucial para afrontar un futuro más saludable y sostenible.
Estos hechos hacen necesario aumentar los esfuerzos para mejorar la eficiencia con que los sistemas agrarios utilizan el N que se aplica, lo que en términos agronómicos se define como Eficiencia en el Uso del Nitrógeno (EUN). En su forma más sencilla y para una parcela de cultivo, se calcula como el N extraído de la parcela dividido por el N aportado con distintas fuentes de fertilizante durante el periodo de cultivo. Algunos trabajos estiman que aproximadamente, a nivel global, el 47% del N que se añade a los cultivos se convierte en N en productos cosechados. Esto implica que una parte considerable del N que se aplica no se utiliza y se acaba perdiendo por distintas vías de los agrosistemas. Hay que tener en cuenta que hay una gran variabilidad en la EUN entre distintos sistemas de cultivo y entre países. Por ejemplo, en ensayos realizados en el cultivo de maíz de regadío en distintas zonas españolas la EUN osciló entre 36 y 99% en función de las dosis utilizadas, disminuyendo al aumentar las dosis de N aplicado. El objetivo es maximizar la EUN, pero manteniendo niveles productivos elevados que permitan que la actividad económica de los agricultores sea viable y aumentar la producción de alimentos.